A.PR.EN.D.E.R.

Programa de Atención Prioritaria en Entornos con Dificultades Estructurales Relativas

jueves, 26 de julio de 2012

Londres y la contaminación del aire y del agua.

Una antigua leyenda cuenta que el rey Eduardo I (1272-1307) decidió poner fin a la contaminación causada por el humo de la combustión del carbón una vez que su madre, la reina Eleanor, enfermó y abandonó el castillo de Nottingham por huir del humo de las chimeneas cercanas.
Aunque esto fuera improbable, lo cierto es que la calidad del aire en Londres era muy mala, y como varios nobles y clérigos se quejaron ante él, decidió declarar una ley que prohibía encender carbón a determinadas horas del día e impuso la pena de muerte para quien lo desobedeciera.
Sin embargo, la contaminación del aire siguió siendo un problema en Inglaterra, especialmente con la llegada de la Revolución Industrial.
 
La Gran Niebla de 1952, fue un periodo de polución ambiental, entre los días 5 de diciembre y 9 de diciembre de 1952 que cubrió la ciudad de Londres. El fenómeno fue considerado uno de los peores impactos ambientales hasta entonces, siendo causado por el crecimiento incontrolado de la quema de combustibles fósiles en la industria y en los transportes.
Esta misma ciudad registró también, uno de los casos más extremos de contaminación del agua en el año 1858 (previo a la construcción del alcantarillado), hecho que se conoció como "El gran hedor del río Támesis".
Ya desde la década del 40 Londres venía sufriendo epidemias de cólera que, debido a la contaminación del río, se fueron agravando.
Hoy día este río que sirve de acceso a la ruta comercial con otros países de Europa y resto del mundo, ha sido recuperado, volviéndose a ver fauna y pesca.

Cuento: "La pelota". Felisberto Hernández.

Cuando yo tenía ocho años pasé una larga temporada con mi abuela en una casita pobre.
Una tarde le pedí muchas veces una pelota de varios colores que yo veía a cada momento en el almacén. Al principio mi abuela me dijo que no podía comprármela, y que no la cargoseara; después me amenazó con pegarme; pero al rato y desde la puerta de la casita –pronto para correr- yo le volví a pedir que me comprara la pelota. Pasaron unos instantes y cuando ella se levantó de la máquina donde cosía, yo salí corriendo. Sin embargo ella no me persiguió: empezó a revolver un baúl y a sacar trapos. Cuando me di cuenta que quería hacer una pelota de trapo, me vino mucho fastidio. Jamás esa pelota sería como la del almacén. Mientras ella la forraba y le daba puntadas, me decía que no podía comprar la otra y que no había más remedio que conformarse con esta.
Cuando la estaba terminando, vi como ella la redondeaba; tuve un instante de sorpresa y sin querer hice una sonrisa; pero enseguida me volví a encaprichar. Al tirarla contra el patio el trapo blanco del forro se ensució de tierra; yo la sacudía y la pelota perdía forma: aquello que no era una pelota; yo tenía la ilusión de la otra y empecé a rabiar de nuevo.
Después de haberle dado las más furiosas ‘patadas’ me encontré con que la pelota hacía movimientos por su cuenta: tomaba direcciones e iba a lugares que no eran los que imaginaba; le venían caprichosque me hacían pensar que ella tampoco tendría ganas de que yo jugara con ella. A veces se achataba y corría con una dificultad ridícula; de pronto parecía que se iba a parar, pero después resolvía dar dos o tres vueltas más. En una de las veces que le pegué con todas mis fuerzas, no tomó dirección ninguna y quedó dando vueltas a una velocidad vertiginosa. Quise que eso se repitiera pero no lo conseguí. Cuando me cansé, se me ocurrió que aquel era un juego muy bobo; casi todo el trabajo lo tenía que hacer yo; pegarle a la pelota era lindo; pero después uno se cansaba de ir a buscarla a cada momento. Entonces la abandoné en la mitad del patio. Después volví a pensar en la del almacén y a pedirle a mi abuela que me la comprara.
 Ella volvió a negármela pero me mandó a comprar dulce de membrillo (cuando era día de fiesta o estábamos tristes comíamos dulce de membrillo). En el momento de cruzar el patio para ir al almacén, vi la pelota tan tranquila que me tentó y quise pegarle una ‘patada’ bien en el medio y bien fuerte; para conseguirlo tuve que ensayarlo varias veces.
Como yo iba al almacén, mi abuela me la quitó y me dijo que me la daría cuando volviera. En el almacén no quise mirar la otra, aunque sentía que ella me miraba a mí con sus colores fuertes. Después que nos comimos el dulce yo empecé de nuevo a desear la pelota que mi abuela me había quitado; pero cuando me la dio y jugué de nuevo me aburría muy pronto. Entonces decidí ponerla en el portón y cuando pasara uno por la calle tirarle un pelotazo.
Esperé sentado encima de ella. No pasó nadie. Al rato me paré para seguir jugando y al mirarla la encontré más ridícula que nunca; había quedado chata como una torta. Al principio me hizo gracia y me la ponía en la cabeza, la tiraba al suelo para sentir el ruido sordo que hacía al caer contra el piso de tierra y por último la hacía correr de costado como si fuera una rueda.
Cuando me volvió el cansancio y la angustia le fui a decir a mi abuela que aquello no era una pelota, que era una torta y que si ella no me compraba la del almacén yo me moriría de tristeza. Ella se empezó a reír y a hacer saltar su gran barriga. Entonces yo puse mi cabeza en su abdomen y sin sacarla de allí me senté en una silla que mi abuela me arrimó. La barriga era como una gran pelota caliente que subía y bajaba con la respiración. Y después yo me fui quedando dormido.

La pelota

"Era de cuero, rellena de estopa, la pelota de los chinos. Los egipcios del tiempo de los faraones la hicieron de paja o cáscaras de granos y la envolvieron en tela de colores. Los griegos y los romanos usaban una vejiga de buey, inflada y cosida. los europeos de la Edad Media y del Renacimiento disputaban una pelota ovalada, rellena de crines.
En América, hecha de caucho, la pelota puede ser saltarina como en ningún lugar...
La cámara de goma, hinchada por inflador y recubierta de cuero, nació a mediados del siglo pasado, gracias al ingenio de Charles Goodyear, un norteamericano de Connecticut. Y gracias al ingenio de Tossolini, Valbonesi y Polo, tres argentinos de Córdoba, nació mucho después la pelota sin tiento. Ellos inventaron la cámara con válvula, que se inflaba por inyección, y desde el Mundial del 38 fue posible cabecear sin lastimarse con el tiento que antes ataba la pelota.
Hasta mediados de este siglo, la pelota fue marrón. Después blanca. En nuestros días, luce cambiantes modelos, en negro sobre fondo blanco. Ahora tiene una cintura de setenta centímetros y está revestida de poliuretano sobre espuma de polietileno. Es impermeable, pesa menos de medio kilo y viaja más rápido que la vieja pelota de cuero, que se ponía imposible en los días lluviosos.
La llaman con muchos nombre: el esférico, la redonda, el útil, la globa, el balón, el proyectil. En Brasil, en cambio, nadie duda que es mujer. Los brasileros le dicen gordita, gorduchinha, la llaman nena, menina, y le dan nombres como Maricota, Leonor o Margarita.
Pelé la besó en el Maracaná cuando hizo su gol número mil. Di Stéfano le erigió un monumento a la entrada de su casa, una pelota de bronce con una placa que dice Gracias, vieja.
Ella es fiel. En la final del Mundial del 30, las dos selecciones exigieron jugar con pelota propia. Sabio como Salomón, el juez decidió que el primer tiempo se disputara con pelota argentina y el segundo tiempo con pelota uruguaya. Argentina ganó el primer tiempo y Uruguay el segundo. Pero la pelota también tiene sus veleidades, y a veces no entra al arco porque en el aire cambia de opinión y se desvía. Es que ella es muy ofendidiza. No soporta que la traten a patadas, ni que le peguen por venganza. exige que la acaricien, que la besen, que la duerman en el pecho o en el pie. Es orgullosa, quizás vanidosa, y no le faltan motivos: bien sabe ella que a muchas almas da alegría cuando se eleva con gracia, y que son muchas las almas que se estrujan cuando ella cae de mala manera..."
Fragmento de "El fútbol a sol y sombra", de Eduardo Galeano.

El fútbol

Fragmento del libro de Eduardo Galeano: "El fútbol a sol y sombra"
"La historia del fútbol es un triste viaje del placer al deber. A medida que el deporte se ha hecho industria, ha ido desterrando la belleza que nace de la alegría de jugar porque sí. En este mundo del fin de siglo, el fútbol profesional condena lo que es inútil, y es inútil lo que no es rentable. A nadie da de ganar esa locura que hace que el hombre sea niño por un rato, jugando como juega el niño con el globo y como juega el gato con el ovillo de lana: bailarín que danza con una pelota leve como el globo que se va al aire y ovillo que rueda, jugando sin saber que juega, sin motivo, y sin reloj y sin juez."...

"Gol de Maradona", por Eduardo Galeano.

Fue en 1973. Se medían los equipos infantiles de Argentinos Juniors y River Plate, en Buenos Aires. El número 10 de Argentinos recibió la pelota de su arquero, esquivó al delantero centro del River y emprendió la carrera.
Varios jugadores le salieron al encuentro: a uno se la pasó por el jopo, a otro entre las piernas y al otro lo engañó de taquito. Después, sin detenerse, dejó paralíticos a los zagueros y al arquero tumbado en el suelo, y se metió caminando con la pelota en la valla rival. En la cancha habían quedado siete niños fritos y cuatro que no podían cerrar la boca.
Aquel equipo de chiquilines, los "Cebollitas", llevaba cien partidos invictos y había llamado la atención de los periodistas.
Uno de los jugadores, "El Veneno", que tenía trece años, declaró:
-"Nosotros jugamos por divertirnos. Nunca vamos a jugar por plata. Cuando entra la plata, todos se matan por ser estrellas, y entonces vienen la envidia y el egoísmo".
Habló abrazado al jugador más querido de todos, que también era el más alegre y el más bajito: Diego Armando Maradona, que tenía doce años y acababa de meter ese gol increíble. Maradona tenía la costumbre de sacar la lengua cuando estaba en pleno envión. Todos sus goles habían sido hechos con la lengua de afuera. De noche dormía abrazado a la pelota y de día hacía prodigios con ella. Vivía en una casa pobre de un barrio pobre y quería ser técnico industrial.
  • Observen los cambios que introduce el narrador, cuando hay intervención directa de uno de los personajes.
  • En este texto, el narrador es omnisciente. Narra la historia sin participar de la misma ni convertirse en personaje.

Juegos Olímpicos 2012 en cifras...

Comienzan los trigésicos Juegos Olímpicos de la era moderna.
Está previsto que este año participen en Londres 10.490 atletas de 204 países que se disputarán 4.700 medallas en 39 disciplinas olímpicas. La delegación más numerosa es la anfitriona con 542 deportistas, seguida de cerca por Estados Unidos con 530.
Uruguay participa con 33 atletas, de los cuales 22 compiten en fútbol.

viernes, 20 de julio de 2012

Un día como hoy...

El día del amigo tiene como antecedente la Cruzada mundial de la amistad instaurada en Paraguay el 30 de julio de 1958.
En Brasil, Uruguay y Argentina la propuesta más difundida es la del día en que el hombre llegó a la Luna (20 de julio de 1969). Cuando alunizó el Apolo XI, el argentino Enrique Ernesto Febbraro vio que todo el mundo estaba unido, por lo que envió mil cartas a cien países de las cuales recibió 700 respuestas. A partir de este momento quedó fundado el Día del Amigo.

lunes, 2 de julio de 2012

Mi escuela sabe a naranja

Conferencia realizada el 17 de mayo en el salón azul de la I.M.M.

Los pendientes de la maestra

No hay palabras para describir lo que sentimos quienes tuvimos la suerte de poder asistir a la conferencia de Mari Carmen Diez Navarro.
Compartimos los videos para que quienes no pudieron asistir, la conozcan en forma virtual.